Víctimas de trata de personas necesitan oportunidades laborales Piden mayor apoyo por parte del Gobierno. Su principal problema es encontrar un empleo digno.

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Cuatro años después de haber escapado del infierno en el que estuvo en Guatemala por cuenta del delito de trata de personas y regresar a Pereira, Cristina* continúa sin empleo.

“Cuando volví, en la Gobernación (de Risaralda) me prometieron una cantidad de cosas, pero no me han cumplido ninguna”, se quejó la joven, quien aseveró que viajó al país centroamericano con la expectativa de trabajar en un restaurante y terminó esclavizada en prostíbulo de mala muerte en el que debió atender hasta 20 clientes por noche, durante toda la semana.

“Estas mujeres necesitan más ayuda. El Estado no tiene las herramientas y requerimos la ayuda de la empresa privada para que puedan acceder a un empleo”, explicó Carmenza Buitrago, secretaria (e.) de Desarrollo Social de la Gobernación de Risaralda.

Buitrago declaró que el delito de la trata de personas está suficientemente diagnosticado y muchos organismos nacionales e internacionales, fundaciones y universidades trabajan por ayudar a las víctimas, pero mujeres como Cristina no tienen un trabajo.

Para empezar -agregó la funcionaria- debemos acabar con el estigma de que Pereira es la cuna de la trata de personas; este es un fenómeno nacional. “De las diez mujeres víctimas que llegaron el año pasado a Pereira, solo tres eran de esta ciudad y el resto de Caldas, Valle del Cauca y Tolima”, resaltó Buitrago.

Acerca de si la trata de personas puede ir en aumento en Risaralda, la funcionaria dijo que es difícil afirmarlo, pero este medio constató el ‘desfile’ diario de mujeres jóvenes en la oficina de pasaportes de la Gobernación de Risaralda.

“Uno no puede estigmatizar a las personas porque aquí llega todo tipo de gente, pero sí se ven muchas mujeres jóvenes, obviamente mayores de 18 años que vienen a sacar su pasaporte.

El hombre que llevó a Cristina a Guatemala cubrió todos los gastos del viaje, pasaporte, tiquetes aéreos, etc, pero cuando llegó a Ciudad de Guatemala otro hombre, que resultó ser el dueño del prostíbulo, le dijo que le debía 5 mil dólares y debía pagárselos con trabajo.

Cristina aseguró que con la ayuda de un hombre se fugó de la casa donde la mantenían encerrada, bajo el cuidado de una mujer. Luego fue al consulado de Colombia, desde donde la enviaron de regreso al país.

Álvaro Ruge, presidente de América España Solidaridad y Cooperación (Aesco), afirma que la trata de personas existirá mientras Colombia no les ofrezca sus ciudadanos opciones para quedarse en el país, las mismas que no tiene Cristina ahora.

 

Fuente: El Tiempo

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